Se agrupan bajo este vocablo las operaciones finales, pero no las más delicadas, de la industria petrolífera, que consisten en transportar los productos salidos de las refinerías, almacenarlos en depósitos y puntos de venta y por último expenderlos a los clientes gracias a una red de comercialización que cubra el con junto del territorio. Ciertos clientes importantes pueden ser servidos directamente de las refinerías.
Así es como una central eléctrica recibirá su fuel-oil directamente por oleoducto o por cisternas, pero, por regla general, la distribución exige un despliegue de medios múltiple en función de la infinita variedad de necesidades de los clientes, y no sólo por los productos en sí mismos, sino también por los servicios accesorios a la venta. En estas condiciones, las inversiones y gastos operacionales de distribución son mucho más elevados que los de una refinería, que cubre, como lo hace:
- Los oleoductos de productos;
- los barcos de cabotaje de alta mar;
- los transportes fluviales (canoas, chalanas, remontadores);
- los depósitos de almacenamiento;
- los vagones-cisterna;
- los camiones-cisterna, grandes transportes de 35 Tm o pequeños distribuidores de fuel doméstico;
- las estaciones de servicios, de las que las más modernas son verdaderos centros comerciales donde el automovilista encuentra todo lo que le hace falta para su coche y la distracción contra la monotonía de la autopista;
- el avituallamiento de las aeronaves (150 Tm de carburorreactor para un Boeing "747") por medio de camiones especializados y una red de canalizaciones subterráneas;
- el suministro a los navíos en todos los puertos por barco cisterna o por conducciones en el muelle unidas al depósito de fuel-oil;
- el llenado de botellas de gas licuado (butano o propano).
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